lunes, 11 de abril de 2011

Elecciones en el Perú


Es difícil evitar pronunciarse o emitir opinión luego de ver un resultado electoral como el que ha sucedido
en nuestro país. De ahí sólo puedo derivar unas cuántas reflexiones:

- Existe una realidad cercana que ignoramos y que permite crear a un peruano insatisfecho por cada 3. Me imagino que si nos chocolotearan bien, y nos agruparan en cada 3, nos toparíamos con un peruano como nosotros que no tiene ni la mitad de la calidad de vida que tenemos que nos miraría con igual indiferencia o con algo de cólera o resentimiento, o bajaría la vista en una posición de humildad resignada.

- Si nos volvieran agrupar de a 5, nos encontraríamos con un peruano como nosotros con sentimientos parecidos al anterior ejemplo y que extraña a un ex-presidente que le asistía con servicios básicos fundamentales (agua, luz, terreno, comida, etc)y que no le interesa mucho si era dictador o no, corrupto o no (total qué político no lo es, pensará?) si no que le importaba más que éste se acordaba de él o ella.

- Nos encontraríamos con peruanos como nosotros que le va bien o relativamente mejor que antes. Que sabíamos bien por quién iba a votar o, más o menos bien según lo que decía su entorno de amigos y conocidos y los medios de prensa, televisión e internet. Y que teníamos varias opciones pero nos quedamos con 2 porque nos daba terror o preocupación que saliera un político que todos llaman antisistema y retroceso.

- Y sólo si nos agruparan en grupos de 25 nos encontraríamos con una o dos personas que no nos entendería para nada, que pensaría que somos un país atrasado e ignorante por llegar a este punto cuando el Perú está muy bien. Es el peruano que te convencería que las cosas están de terror porque él está preparando sus maletas para ir a un país donde se viva como él o ella desea vivir. Es el peruano que se aterra más, da la espalda o se expresa en una compasión exagerada al ver a alguien pobre pensando que en algún momento las cosas mejorarán para él para tranquilizar su conciencia.

- El verdadero miedo. Creo que estas elecciones son un termómetro para ver el verdadero miedo. La idea de la pobreza y de que existan pobres y de cómo reaccionamos ante la misma. El miedo a ser pobre es el miedo en lo profundo de nuestros corazones. Y esto es lo que mueve las elecciones, el motor de cada conducta, los pobres equivocados o no, que quieren tener un poco de las oportunidades que nosotros. Y nosotros que no queremos ver a un candidato quitarnos las oportunidades y comodidades que gozamos hasta el momento.

- Y la mezcla de este temor con otras variables que mucho tienen que ver con el racismo, el color de la piel, el origen de su procedencia, su forma de hablar, los lugares a los que va y que nos ayuda a sentirnos bien diferentes y lejanos al temor antes mencionado.

Después de esto, como un ciudadano más, lo único que puedo saber es que hay un buen número de personas dentro del 50% que no votamos por los finalistas, que se pararon en una marcha antidictatorial hace muchos años y que volveríamos a defender la democracia electoral única que tenemos, por no aprovechar los recursos pequeños de democracia directa que tenemos como el presupuesto participativo, gobiernos locales, etc.

Que todo sea lo mejor para nuestro Perú, porque la verdadera lealtad ante cualquier persona, o país, es mantenerse digno y presente para participar de él en los momentos que vienen.

Les dejo una buena reflexión de Eduardo Adrianzén:

Yo no voy a salir en marchas contra lo que las mayorías han decidido aunque no me guste su decisión, ni voy a llamar "ignorante" a nadie porque no comulga con mis ideas. (Dicen que uno odia lo que se le parece a su parte más fea, así que cuidado con a quienes odien en estos días) A estas alturas de mi vida, ya he visto derrotar a Sendero, derroté la desesperanza de la hiperinflación de Alan, y luego puse mi granito de arena para derrotar a la mafia de los que hoy pueden volver a gobernarnos. Así que, si hay que pelear, peleo por mis derechos ciudadanos y por los valores en los que creo: punto. Pero se pelea contra los líderes, no contra los que creen en sus mentiras. Peleo con el explotador dueño del edificio, no con el vigilante que gana una miseria por cuidarlo. Peleo contra el que inventa el engaño, no contra los engañados. Porque si estos engañados existen, es que algo nos falló como sociedad y yo soy parte de esa sociedad. Y para no odiar, primero hay que entender. Tomémonos un par de días para asimilar ese entender, pero que sea DE VERDAD. La otra opción, es dar alaridos y atizar fascismos con la excusa de "preservar la democracia", o convocar a eventos que parecen copiados del peor Tea Party de Sarah Palin. Este no es el país que queríamos, de acuerdo. Pero es el único que tenemos, y la pregunta es: ¿qué hicimos, y, sobre todo, qué haremos para que sea diferente y mejor a partir de mañana? Yo soy escritor, profesor y hombre de teatro, y quisiera que todo lo que escriba, enseñe o ponga en escena, sirva para incluir y no excluir, para exponer ideas, para discutir puntos de vista y no colaborar con la ignorancia ¿Y tú, qué vas a hacer en lo tuyo? Ojalá que no sea organizar marchas de odio racista y clasista. Ojalá. Mañana nuestro Perú amanecerá distinto, eso es cierto. Pero mientras estemos sanos y vivos, nada está perdido. Abrazos para todos.