jueves, 26 de noviembre de 2009

300 orgasmos. No en un año, sino en un día!





Es lo que la británica, Michelle Thompson, puede alcanzar sin necesidad de recurrir a la estimulación, imaginación, seducción o todos los artilugios que usamos tanto hombres como mujeres para llegar a por lo menos un orgasmo en por lo menos, una semana...

Y es que no se trata de una afiebrada núbil recontra moderna, sino de una mujer que tiene el síndrome de excitación sexual persistente que se encarga de llevar mucha sangre y a cada rato a su intimidad erógena.

Lejos de lo que podríamos pensar, este síndrome causa varios problemas de índole sicológico puesto que las que la padecen, nunca se llegan a satisfacer plenamente y son atrapadas a cada instante y donde sea por este deseo impertinente. Y claro, muchas de ellas ven afectadas sus relaciones porque ni los hombres más mañosos aguantan este ritmo por mucho tiempo salvo que tengan priapismo y sean sátiros, claro.

Para ayudar, Jeannie Allen, que también tiene el PSAS, ha creado su página intuyendo que después de muchos orgasmos, encontraría compañeras con este síndrome.

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